Los masajes a nuestras mascotas son igual de beneficiosos que para nosotros.
Si tenemos un perro que padece estrés, podemos ayudarles en su bienestar y relajación, de igual manera que podemos crear un buen vínculo con él.
Tenemos que saber escoger el momento, cuando ambos estéis relajados, pero, no creernos unos expertos haciendo masajes intensos.
Con suaves masajes podemos ayudar en la circulación de su sangre y flexibilidad. Acariciando con mucho cariño podemos reducir en nosotros incluso nuestra tensión arterial. Como bien es sabido y hay hechos que lo demuestran, en pacientes enfermos se pueden notar mejoras.
Podemos acariciar su cuello, bajar por su columna y sus piernas, terminando suavemente en sus pies. Los perros más adultos son los más susceptibles, por padecer dolores musculares o cualquier patología que reduzca su movilidad.
Con las yemas de tus dedos desliza por todo su cuerpo, en su panza es donde más les gusta.
Nunca obligues a tu mascota a soportar un masaje si no le gusta, ya que esto puede producir estrés y no relajación.